PROPUESTAS DE LECTORES (Sales)
Luis es un hombre de mediana edad bastante triste y apagado, ingeniero de energías alternativas y escritor aficionado de comedias. Está casado en segundas nupcias con Sandra, una redomada naturista que intenta inculcarle sus hábitos, de la que no está enamorado, con la que tiene un hijo natural de seis años con problemas de acoso escolar, de nombre Everest, y otra hija adoptada, del primer matrimonio de Sandra, de nombre Valle del Indo, una especie de Morgana de diez años con una acusada personalidad y unos profundos pensamientos propios de un gran filósofo. Tiene además dos hijos adolescentes que se mueven en el pantanoso mundo de las drogas de diseño, frutos de su primer matrimonio con Carmen, casada ahora con su primo Oscar, un jeta de mucho cuidado que no contento con robarle el gran amor de su vida, le ha quitado también un puesto en la Junta Directiva de la empresa para la que trabaja. Luis es en definitiva un hombre normal con trazas de perdedor que quiere a toda costa ser feliz pero que sólo consigue darse de tortas con la realidad que le rodea, una realidad que no se adapta a lo que él necesita.
Con este planteamiento podría pensarse que estamos ante un dramón de cuidado. Sin embargo las relaciones de este hombre corriente con sus cuatro hijos, sus dos mujeres, su madre hipocondríaca, su vecino psicólogo y un payaso que trabaja en un hospital infantil (con un humor un tanto especial y no muy apropiado para niños) entre otros, van dando cuerpo a una historia amable y de lo más optimista. El autor evita ponerse trascendente y ofrece siempre el lado divertido de todo lo que pasa en la obra con un fino y nada chabacano humor, diálogos chispeantes y situaciones que rozan el surrealismo hasta el punto de hacernos soltar más de una carcajada. Y aunque también logra conmover y hacernos reflexionar en algunos momentos, el tono dramático queda disuelto en el ambiente cómico general de la novela.
Dice el autor de su obra: “Mi novela tiene un gran componente bioquímico; la felicidad es un estado bioquímico del cerebro, en el que tienen mucha importancia las endorfinas, de manera que yo he concebido la novela como una medicina para generar felicidad”
Un dulce medicamento (los capítulos están estructurados como un prospecto) recomendada para todos aquellos que quieran reírse de sí mismos y de las miserias y las complicaciones que rodean nuestra rutinaria vida.
Con este planteamiento podría pensarse que estamos ante un dramón de cuidado. Sin embargo las relaciones de este hombre corriente con sus cuatro hijos, sus dos mujeres, su madre hipocondríaca, su vecino psicólogo y un payaso que trabaja en un hospital infantil (con un humor un tanto especial y no muy apropiado para niños) entre otros, van dando cuerpo a una historia amable y de lo más optimista. El autor evita ponerse trascendente y ofrece siempre el lado divertido de todo lo que pasa en la obra con un fino y nada chabacano humor, diálogos chispeantes y situaciones que rozan el surrealismo hasta el punto de hacernos soltar más de una carcajada. Y aunque también logra conmover y hacernos reflexionar en algunos momentos, el tono dramático queda disuelto en el ambiente cómico general de la novela.
Dice el autor de su obra: “Mi novela tiene un gran componente bioquímico; la felicidad es un estado bioquímico del cerebro, en el que tienen mucha importancia las endorfinas, de manera que yo he concebido la novela como una medicina para generar felicidad”
Un dulce medicamento (los capítulos están estructurados como un prospecto) recomendada para todos aquellos que quieran reírse de sí mismos y de las miserias y las complicaciones que rodean nuestra rutinaria vida.
3 comentarios:
Parece el retrato de la vida de un "hombre normal".
Es un libro para reirse de lo ridículo, para comprobar que todo es posible y que nada es suficientemente extrafalario ni llamativo. Las personas nos empeñamos en complicar nuestras vidas una y otra vez, pero es bueno que lo hagamos con humor y que nos vayamos adaptando a lo que se nos va presentando, por que en el fondo controlamos muy poco nuestro destino.
Luis el mejor personaje masculino, penoso, divertido, tierno y un verdadero desastre.
Valle, el mejor personaje femenino, pero también el menos probable. Una niña fuera de su edad y de su tiempo.
La referencia a las endorfinas (la droga del cuerpo) y como aprovecharlas me ha encantado y además tengo una pregunta.
¿Si un buen cabreo no provoca endorfinas, puede producir endorfinas el sexo cuando te dejan a dos velas?
Muchas gracias por esta reseña tan completa, Mariuca. Veo que has empatizado perfectamente con el espíritu del libro: reírse de lo ridículo, las complicaciones de la vida, la importancia del humor.
Vive como quieras, no como puedas. Genera endorfinas y sé feliz.
Un fuerte abrazo
Joaquin
Ah, espera, que se me olvidaba responder a tu pregunta. Lo contrario de una endorfina es la adrenalina, así que si te dejan a dos velas tienes el cuerpo en tensión, lleno de adrenalina, y necesitas desfogarte como sea. O, tal vez, habría que decir "con quien sea".
Más abrazos
Joaquin
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