(HARUKI MURAKAMI )Sales
No
hace muchos años, acceder a las obras de autores japoneses suponía una búsqueda
exhaustiva por librerías especializadas, la mayoría de las veces sólo
fructífera para aquellos lectores cuya lengua materna no fuese el castellano.
Sin embargo hace ya algún tiempo que resulta curioso ver cómo las mesas de
novedades de las editoriales se han dejado inundar por el gran “tsunami” de la
literatura nipona. Los libros de autores como Natsuo Kirino, Yoko Ogawa, Kiochi
Katayama, Banana Yoshimoto, Takuchi Ichikawa, Hiromi Kawakami y Yasutaka
Tsutsui son cada vez más demandados por los lectores de nuestro país.
De
estos autores hablaremos en otra ocasión. Hoy quiero aplicarme a hablaros de
uno de mis autores favoritos y, bajo mi punto de vista, responsable de este boom de literatura japonesa. Me estoy
refiriendo a Haruku Murakami.
Murakami es uno de los grandes autores
japoneses contemporáneos, escritor y traductor. Nació en Tokio en 1949.
Apasionado del teatro y de la música jazz, muy presente en toda su creación,
fue profundamente influenciado por la literatura y la cultura occidental.
Inició sus actividades a finales de los 70 y es esa apertura hacia occidente
justamente una de las características que se distinguen desde los inicios de su
obra.
El
estilo de Murakami es complejo de
explicar, una mezcla desorientada de meditación, zen y sushi con un poco de
manga. El tema principal de su obra es siempre la frontera entra la ficción y
la realidad. No sólo aborda cuestiones universales como la necesidad de amor o
los límites del libre albedrío, sino que se cuestiona de manera constante qué
es lo que debe contarse en nuestra época y de qué manera. Es un novelista
ensimismado que habla de cómo lo real siempre termina de resquebrajarse para
hacer emerger la magia.
Sus
mundos están llenos de ambigüedades y contradicciones. Sus personajes están
heridos, pero no por ello dejan de aspirar a la excelencia. Sus tramas parecen
complicadas, pero tras la espesura de los sucesos que inventa hay siempre
varios grandes temas y una historia de amor de seres solitarios en busca de
compañía. Narra mezclando lo cotidiano con lo misterioso, sus fantasías son
exploraciones en el límite de lo humano y al lector le resulta difícil
distinguir el momento en que lo fantástico comienza a ser posible como una
consecuencia natural de lo común. Murakami
lanza al aire cuantas pelotas quiere, con lo que al principio el lector se
pregunta cómo hará para que todo cuadre, pero luego deja de preocuparse por la
lógica y asiste asombrado a unos maravillosos juegos malabares convencido de que tarde o temprano el autor
sabrá meterlas donde les corresponde. Aunque algunos puedan sentirse engañados
porque alguna de esas pelotas no caigan en su sitio o porque queden algunas
preguntas sin responder, en realidad no importa mucho porque no se puede
esperar un final feliz. Lo que realmente hace Murakami es aferrarse al surrealismo, a una capacidad descriptiva e
imaginativa onírica de gran impacto visual, para saltarse cualquier barrera de género
y contarnos una historia en la que no hay más regla argumental que la propia
magia deslumbrante de su imaginación.
En definitiva, Murakami es un autor con apuntes obsesivos en sus obras: el sueño
confundido con la realidad; el “otro lado” que impone su presencia; el espíritu
de las cosas materiales; los mensajes de la naturaleza (la lluvia o la luna,
que hablan o avisan); los silencios, lo que se desea decir pero al final no se
dice; la pérdida, el desasosiego; la locura que se impone como cordura; el
destino inevitable; y por supuesto la habilidad que tiene para atrapar con su
narración, con divagaciones que nunca pierden ritmo. Lo cotidiano se vuelve
extraordinario y lo absurdo se manifiesta posible en unas historias cuyos
desenlaces siguen perpetuando el enigma.
Obras traducidas al castellano:
La caza del carnero salvaje.
El fin del mundo y un despiadado país de las
maravillas.
Tokio blues.
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.
Baila, baila, baila.
Al sur de la frontera al oeste del sol.
Sputnik, mi amor.
Kafka en la orilla.
Sauce ciego, muer dormida.
After drak.
De qué hablo cuando hablo de correr.
1Q84 libros 1, 2 y tres.
2 comentarios:
Pues yo todavía no he leído nada de este autor aunque sí tengo ganas de probar, lo que no tengo muy claro es con qué título
besos
Tatty, yo te recomendaría que empezases con este autor con algo "ligerito", por ejemplo After dark, La caza del carnero salvaje o Tokio Blues, que es la menos surrelista. De todas formas cualquiera de sus obras es altamente recomendable.
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