LA ZONA MUERTA de STEPHEN KING

PROPUESTAS DE LECTURA (Elvira)

¿SERÍAS CAPAZ DE HACERLO?

La Zona Muerta, obra del escritor Stephen King, deja a un lado el género del terror para adentrarse más en el ámbito de la fantasía; quizás esto se deba a que es una novela de su primera época literaria, (concretamente de 1979), y que el autor ideó la trama, en lugar de inventarla sobre la marcha como acostumbra a hacer.

Stephen King no necesita presentación en este blog, ya que mi compañera Lula le dedicó un artículo, en febrero del año pasado, que podéis leer.

Fantasía, ciencia ficción y terror tienen un origen común y ofrecen elementos genéricos tales como componentes alejados radicalmente de la realidad o especulaciones sobre cómo podría ser dicha realidad, o cómo pudiera haber sido. Sin embargo, la etiqueta de fantasía parece reservarse para temas tales como la magia, bestias míticas, etc., mientras que el terror acostumbra a desarrollarse en el presente, con la intención de aterrorizar al lector y la ciencia ficción suele enclavarse en el futuro, en un ambiente altamente tecnológico. No obstante, en la realidad los límites que los separan resultan confusos y, en la mayoría de los casos, ese afán que tenemos de encasillarlo todo no resulta práctico.

La Zona Muerta cuenta la historia de Johnny Smith, un joven estadounidense profesor de secundaria, que en una memorable noche sufre un espantoso accidente que le dejará en coma durante 55 meses. King, a partir de éste personaje lleva a cabo una visión de los Estados Unidos de los años 70, con los diferentes cambios políticos y escándalos que se sucedieron. Todo esto acompaña el drama del personaje, que ha permanecido mucho tiempo en coma y al volver a su consciencia retorna, por un lado, a un mundo ajeno a él y, por otro, a una vida que ya no le pertenece. Pero lo más increíble para él, es que ahora posee enormes facultades parasicológicas, y esto lo llevará a conocer los aspectos oscuros de muchas personas y a predecir eventos antes de que ocurran. Además se debe enfrentar también al deterioro mental que ha sufrido su madre, a causa de su fanatismo religioso, y al inevitable hecho de que Sarah, (su chica), ha tenido que seguir con su vida, a pesar de seguir amándolo.

En esta novela vemos a gente normal, con sus miedos, sus miserias, etc., pero lo genial es el retrato fiel de una época, en la que confluyen los conflictos políticos, sociales y religiosos, que removieron la sólida base de la sociedad norteamericana y que afectó al panorama político mundial.

Desde mi punto de vista, el personaje más “especial” no es el protagonista con facultades parasicológicas, sino el “político” populista Greg Stillson. Al estrechar su mano, Smith, puede ver cuál será su futuro (ese secreto no os lo voy a desvelar).

“Si tuvieras la oportunidad de regresar al pasado y asesinar a Hitler antes de que llegara al poder, ¿serías capaz de hacerlo? ¿Aunque supieras que luego ibas a morir?”.

La descripción televisiva del candidato Greg Stillson es: cuarenta y tres años, ex vendedor de la “Truth Way Bible Company” de los Estados Unidos, ex pintor de brocha gorda y, en Oklahoma, donde se crió, ex hacedor de lluvia. Éstas son las excelentes credenciales del singular personaje. Pero lo mejor es su programa electoral de cinco puntos esenciales: primero, ¡fuera los sinvergüenzas!; segundo, echar a cualquier funcionario del gobierno, desde el más encumbrado hasta el más humilde, que se acueste con una mujer que no sea su esposa; tercero, lanzar toda la contaminación al espacio; cuatro, disponer de toda la gasolina y petróleo que haga falta, ¡dejar de coquetear con esos árabes y ponernos serios!; y por último, ¡salchichas!, para todo hombre, mujer y niño de los Estados Unidos. También hay que añadir, que promete hacer llover siempre que sea necesario.

Comparto lo que dice Smith, pero yo lo generalizo a la mayoría de la clase política: “No puedo creerlo. ¿Este tipo es realmente candidato? ¿No es un chiste?”. Aunque, en los tiempos que corren, apoyo totalmente el primer punto de Stillson y más de una familia, sin ingresos, apoyaría lo de las salchichas.

 Chatsworth, un industrial con dinero que contrata a Smith, expone con claridad que tipo de político es su candidato:

“Nunca ha concebido una idea original en su vida, y nunca en su vida ha discrepado con la línea del partido. Sobre su nombre no recae ningún estigma porque es demasiado estúpido para ser muy corrupto, aunque probablemente lo salpicará el escándalo de los sobornos coreanos. Sus discursos son tan entretenidos como un ejemplar del Catálogo Mayorista de la Asociación Nacional de Fontaneros. La gente no sabe esto, pero a veces lo intuye. La idea de que Harrison Fisher hace algo a favor de sus electores es sencillamente ridícula”.

No puedo decir nada más que no sea: leedlo. Porque creo que merece la pena la exposición clara que S. King nos hace de su sociedad, que no es otra cosa que el reflejo de muchas otras, (entre ellas la nuestra). A veces te gusta encontrarte con libros como éste, para disfrutar leyendo lo que casi todo el mundo piensa pero nadie dice.

La Zona Muerta fue llevada al cine en 1983 por David Cronenberg, con Christopher Walken interpretando a John Smith y Martin Sheen a Greg Stillson. No he tenido oportunidad de verla todavía, pero dejo el dato para los interesados por la adaptación.

Me despido con un fragmento del libro digno de ser recordado ahora: “si quienes se lucran no pagan, a menudo pagan los demás, sin una razón concreta para ello”.