Corre el año 1954. La vida en el aserradero de una explotación forestal al norte de New Hampshire no resulta fácil y las desgracias están a la orden del día. Una noche, Dominic Baciagalupo, el cocinero del aserradero, y su hijo Danny, de doce años, se ven obligados a abandonar apresuradamente el lugar cuando Danny, en un fatal accidente, mata a la novia de un alguacil llamado Carl. Dominic y Danny inician entonces una extenuante huida, pues Carl, en su afán de venganza, los perseguirá primero hasta Boston, luego hasta Vermont e Iowa, y finalmente hasta Canadá. En cada ciudad a la que lleguen, padre e hijo se verán obligados a adaptarse a las costumbres y personas del lugar, a inventarse una nueva identidad... Sin darnos tregua, peripecia tras peripecia, John Irving nos sumerge de lleno en la vida estadounidense durante las últimas cinco décadas del siglo xx.
4 comentarios:
Quiero empezar diciendo que John Irving es un gran narrador, sobre este tema no hay ninguna duda. Sin embargo esta historia me ha desilusionado mucho. Es una historia tan sencilla y aburrida que me pasé toda la novela esperando a que pasara algo, por desgracia tal y como empieza termina... es decir sin que pase nada realmente impactante ni diferente. Además no me han gustado los dos personajes principales. Tanto Dominic como Danny (padre e hijo), son personajes tristes, sin sangre en las venas, que durante toda su vida se dejan llevar por las circunstancias sin pegar nunca un zapatazo en el suelo. Temen a las mujeres pero sus vidas dependen de ellas y jamás toman decisiones importantes. Se dejan arrullar y llevar siempre por mujeres inmensas que representan a la "madre" a la cuidadora universal. Por otro lado las mujeres son todas para darles de comer a parte: violentas, mal habladas, malas mujeres, malas madres, blandas, enormes, etc... Sólo algunos de los personajes secundarios salvan de alguna forma la novela y un personaje que no llega a ser secundario: Ketchum, el mejor amigo de Dominic es quizas el mejor de todo el libro.
No me extraña nada que Irving esté considerado una de las grandes voces vivas de la literatura americana. Con una prosa monumental, con una intachable eficacia narrativa, nos cuenta una historia de poderosos vínculos entre padres e hijos, de los inevitables miedos que se sienten ante un futuro incierto, de descomunales lealtades, grandes y poderosas amistades desde la infancia que perduran toda la vida y de la cruel habilidad que posee el destino, con su cúmulo de incidentes inevitables que nunca podemos prever, para arrebatarnos lo más importante.
Domonic Baciagalupo, su hijo Daniel y el magnífico y conmovedor personaje de Ketchum, componen el triángulo principal de esta historia de huida y persecución a lo largo de cincuenta años. Es de suponer entonces que en un periodo de tiempo tan amplio no vamos a encontrarnos con una acción trepidante. Irving se regodea en las vivencias de estos personajes a lo largo de esos cincuenta años, del miedo constante a ser descubiertos, de la tristeza que les supone tener que cambiar de nombre en cada nueva ciudad a la que se ven empujados, a empezar de cero en cada una de ellas y del seguro temor de que la venganza llegara tarde o temprano, porque lo inevitable tiene que suceder, el despreciable policía perseguirá a los dos fugitivos hasta encontrarlos y entonces….
Es una novela masculina, de hombres, ¡ojo! que nadie lo confunda con machismo, en la que las mujeres sólo aparecen y cobran protagonismo en función de los personajes masculinos de la historia, mujeres descomunales, parcas y desapegadas.
Irving caracteriza a sus personajes, desde los más grandes a los más pequeños, con una maestría absoluta, los llena de pequeños detalles para presentárnoslos oscuros, primitivos en sus relaciones personales y nada felices.
Además autor se atreve a teorizar sobre literatura, sobre la novela dentro de la novela de la mano de Daniel, ya convertido en escritor de fama. Una vez que el lector sabe los hechos que han sucedido y cómo son las personas que han tomado parte en esos hechos, entonces el escritor nos cuenta sobre lo que escribe, sobre cómo lo escribe,sobre cómo toman forma las historias de sus libros, que giran inevitablemente alrededor de las personas que han sido importantes en su vida, nos muestra el material vital que usa un escritor para construir sus obras.
He disfrutado muchisísimo leyendo esta novela. Me ha parecido redonda, nada le falta, nada le sobra, nada se queda en el aire en esta historia.
Que John Irvng escribe magníficamente bien no lo puede poner nadie en duda, pero también debo decir que me ha defraudado con esta novela. Vuelve a sus temas recurrentes, como afrontar la muerte de un hijo, el adolescente enamorado de la mujer mayor, el aborto,..., pero no aporta nada nuevo. Me ha parecido una obra excesivamente lenta, nos cuenta como se desarrolla la historia americana mientras que para los personajes el tiempo prácticamente no transcurre, deben huir cada cierto tiempo y empezar de nuevo sus vidas pero sin que haya cambios drásticos a pesar de lo trágico de su existencia.
Tan solo se salva el personaje de Ketchum, que es el único que vive la vida con intensidad, pero los dos protagonistas, Dominic y Daniel, ven transcurrir su existencia entre temores y huidas.
Todo sin obviar lo violento de los personajes femeninos, son crueles y despóticos (especialmente las viejas comadres), y las más tiernas se limitan a asumir papeles de madres cubriendo las carencias de los protagonistas.
Empecé este libro sin ganas y con prejuicios, sobre John Irving del que tengo "El mundo según Garp" desde hace tiempo, empezado a leer y vuelto a dejar, y sobre el tema, no me seducía la historia de leñadores americanos. Esta vez he puesto de mi parte, le he dado tiempo y me he metido en la narración. Es una pasada de novela. Un derroche de oficio de gran novelista. La novela está estructurada en seis capítulos que son las veces que los personajes principales, Dominic Baciagalupo y su hijo Daniel, tienen que mudarse, cambiar de nombre, dejar amigos y amantes. Cada capítulo abarca varios años, diferentes épocas y escenarios, personajes nuevos…, podrían ser una novela independiente cada uno de ellos por sí solos.
La primera parte, año 1954 en el campamento de leñadores y gancheros, es una narración de frontera, hombres y mujeres duros, “un mundo de accidentes”, el pabellón-cocina donde reina Dominic el Coci y hay un colchón para que su amigo Ketchum duerma la borrachera. Ketchum que llena la cabeza del niño Danny con viejas historias de madereros, Jane, la piel roja, Pam la Seis Jarras, Carl el ayudante del sheriff y bestia negra de todos ellos, el invierno y la nefasta temporada del barro.
La segunda parte, de 1954 a 1967 en Boston, novela urbana, el restaurante Vicino di Napoli, Carmella del Popolo, los primos Calogero y Saetta, el descubrimiento del sexo del joven Danny en brazos de las primas “carnales”y su inicio en el oficio de escritor.
Y siguen los capítulos y siguen las historias. Aparecen personajes nuevos, muchos personajes pues en cada sitio donde viven el Coci y su hijo conocen y conviven con personas que a su vez tienen sus historias.
Y Ketchum que es punto y aparte pues es el tercer protagonista de esta novela.
Ketchum él mismo una nación perdida y cuyo lema sería vive en libertad o muere. Libertario, anarquista, “que no se te crucen los huevos pero éste es un país de capullos dirigido por un embustero de mierda”
Una novela río pero que como el Twisted River da vueltas, toma un afluente y lo sigue, vuelve otra vez al cauce inicial y toma otro desvío. Avanza y retrocede, entran y salen personajes. Te engancha, no pasa nada y pasa todo pues en la vida real es así.
En fin, me ha gustado, casi me paso mis paradas de metro pues estaba en otro sitio, mi pena es no haber podido leerla a tiempo ni asistir a la reunión del Club que creo estuvo movidita y con diversidad de opiniones.
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