En esta novela el comisario Adamsberg acompañado de Danglard, Retancourt y otros más, viaja a Québec (Canadá) para asistir a unos cursos sobre tomas de muestras y análisis de ADN. Antes de salir de Francia sufre una serie de ataques invisibles, inmateriales, misteriosos. En un periódico de provincias lee la reseña de un asesinato que le remite a hechos ocurridos en su juventud y que destrozaron a su familia.
Un sádico personaje, un Neptuno de pesadilla “El Tridente”, ataca de nuevo pero hay unos problemas: la certeza de sus crimenes sólo la tiene Adamsberg y este asesino, al que ha perseguido durante 30 años, murió hace 16 años.
Inmediatamente anterior a “La tercera virgen” donde se hacen algunas referencias a esta aventura. Aquí nos enteramos de cómo la teniente Retancourt llegó a a ser para Adamsberg el árbol protector, la diosa multivalente.
Muy divertidos los equívocos con el lenguaje entre los franceses y los canadienses francófonos, sería mucho mejor poder leerlo en el francés original pero creo que el traductor ha sabido trasladarlos bien, y los apellidos canadienses parecen de coña.
Aparte de estos momentos, la novela es muy negra, vemos a un Adamsberg oscuro, colérico, deprimido, obsesionado…Perseguido, se esconde en casa de Clementine un personaje encantador, allí encuentra un poco de paz y la ayuda de un inesperado hacker.
Danglard sigue siendo fiel, a veces a su pesar y con la ayuda de un gorro de lana con pompón mutilado.
Otra gran novela de Fred Vargas, un ejemplo de novela negra bien escrita, un argumento bien hilvanado, unos personajes con carne y sangre, profunda en ciertos momentos…¿qué más podemos perdir?: encontrar más libros de esta autora
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