Tras ingerir el elixir de la eterna juventud, los protagonistas creen haber encontrado la solución a todos sus problemas y haber alcanzado la felicidad absoluta. Sin embargo lo que parece ser algo maravilloso se convierte en una existencia insoportable que los sumirá en la desesperación y el tedio
2 comentarios:
Obra de teatro de equivocos y para pasar un buen rato. Es muy divertida, sobre todo si lee con un poco de imaginación y somos capaces de verla en un teatro, con la actuación de un grupo de buenos actores que le den el punto de exageración, la mímica y la presentación que requieren este tipo de obras.
Como ya comentamos en la reunión, resulta curioso el recordar que en esta época los escritores que además de bastante prolíficos eran muy imaginativos, realizaban la mayor parte de sus obras por encargo. No se hasta que punto puede ser fácil trabajar así en este tipo de actividad que considero tan creativa.
Leí esta obra de teatro hace muchos años, y también entonces vi la función en uno de aquellos magníficos Estudio 1. Entonces me pareció una obra divertidísima, y al volver a leerla ahora me he reído igual que entonces. Es el teatro del absurdo que no ha perdido vigencia a pesar del tiempo transcurrido, porque es un humor rápido, ágil, el que no puede perder ni una sola palabra.
Y en toda esta obra destaca un personaje, socarrón, cotilla, buenazo, ingenioso, que se ve envuelto en la trama de la la obra precisamente por su curiosidad.
Ha sido una delicia reencontrarme con Jardiel Poncela, un escritor poco conocido por los lectores jóvenes y que debiera ser de obligada lectura.
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