Unos ojos que en este mismo instante miran en algún lugar de la ciudad, normales, serenos, como los ojos de cualquiera.En una ciudad de provincias alguien con un rostro soluble en los demás rostros esconde el enigma de un espantoso crimen. Es preciso encontrar su mirada entre la multitud, descifrarla, para conjurar el horror.
En torno a la búsqueda, varios personajes, cada uno con un secreto royéndole el corazón, sueñan durante un instante con dar un nuevo sentido a sus vidas. En la hora mágica del plenilunio.
8 comentarios:
El asesinato de una niña obsesiona al inspector de policia recién trasladado de Bilbao a la ciudad de sus primeros años.
El autor nos aturde con una tragedia donde el mal se ceba sobre los más indefensos, los niños. Como si esto no fuese suficiente las tragedias personales del inspector, el padre Orduña, Susana, Ferrera,los padres e incluso el asesino se enlazan en una narración que oprime el corazón dejando profunda huella de los sentimientos de cada uno, culpabilidad, miedo, desapego, hastío de la vida, envidias...la maldad, el terror, la honda tristeza y desesperación de los padres.
Realmente muy bien escrito, pero no creo que lea dos veces este libro para revivir tanta angustia.
"De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada. Vivía nada más que para esa tarea..." Así comienza este libro con uno de los inicios más inquietantes que he leido. Y el resto no demerece pues a lo largo de sus páginas esta novela nos va adentrando en el horror. Un horror que, en estas fechas en que se está juzgando a los presuntos asesinos de la niña Mariluz, se nos presenta tan real que asusta.
Un libro duro, terrible, magnífico que nos lleva hasta el corazón de las tinieblas. Las del inspector endurecido por años de lucha en el País Vasco en su purgatorio particular por delitos pasados, las de su mujer abandonada en tierra hostil sin el consuelo de compartir su miedo. Las de Susana Grey engañada y abandonada en una ciudad que la está marchitando.
El dolor de los padres, de los "si" que ya no tienen vuelta atrás: si no la dejo salir sola, si me la llevo de compras, si no le mando el trabajo de manualidades..., la culpabilidad de creer que no se ha cuidado bien de ese tesoro que son los niños.
El horror de la mente del asesino, ese joven que aparenta ser un buen hijo, trabajador y educado, pero que guarda en su interior un resentimiento patológico, sórdido y criminal hacia todo el mundo. Ese monólogo interior al que nos asoma Muñoz Molina es más espeluznante y asqueroso que cualquier descripción gore de una matanza de Texas.
La parte del secuestro de Paula y de su despertar en el terraplén, del reconocimiento médico, de su valentía para revivir esos momentos, para recordar los detalles de esa noche horrible y ayudar al inspector a coger al que le hizo aquello, es una narración terrible, te pone los pelos de punta.
Es un libro duro, difícil de leer por la angustia que produce, reiterativo para que entres de lleno y sin concesiones en ese horror que nos describe. La maestría del autor en el uso del lenguaje, de la narración, lo consigue totalmente.
Historia dura y realista que en principio me pareció pesada por las descripciones y la reiteración de ideas que utiliza el autor durante toda la novela. Después y a medida que la historia se me iba quedando grabada me dí cuenta que todas esas descripciones, todo eso repetir incesantemente las mismas idéas tenía un fín muy definido. El fín de presentarnos a sus personajes y facilitarnos su conocimiento. Personajes llenos de miedos, de obsesiones y de pecados no perdonados.
Una historia muy inquietante, que aúnque me ha gustado mucho y me ha parecido un relato y una narración genial, me ha dejado un velo de tristeza profundo debido sin duda a la realidad del tema que trata y al despiadado retrato que ha hecho del mismo.
Me ha gustado mucho la forma en que se refiere a sus personajes y como les separa por categorías: los niños y los jóvenes con nombre propio, como Fátima, haciendo que al llamarlos por sus nombres se conviertan en algo más cercano y tierno. A los amigos y conocidos por sus apellidos, como nos pasaba en el colegio, el padre Orduño y Ferrera. A la mujer de la que se enamora y que le descubre un nuevo mundo por nombre y apellido, Susana Grey, y ésta forma de llamarla me parece curiosa, es como si quisiera mantenerla un poco a parte y no encariñarse demasiado con ella, aún protegiéndose de la vida, de su vida. Y por último a los dos personajes principales de ésta historia, los contrarios, el bien y el mal por un título, el inspector y el asesino.
No siendo este autor de mis preferidos, recomiendo vivamente esta novela que me ha sorprendido y me ha dejado huella.
Novela pesada de leer por lo repetitiva del principio.
El inspector, es un hombre obsesionado por descubrir al asesino de una niña, Fátima. Es lo único que ocupa su vida, a su mujer, ahora ingresada en un manicomio nunca la
quiso; está siempre alerta porque viene amenazado de muerte del País Vasco, y a sus sesenta y pico años, conoce el amor de la mano de una maestra ,Susana Grey, abandonada y con un hijo adolescente.
La descripción del segundo intento del asesino, alucinante, te hace estremecer, cómo puede haber gente así, ahí Muñoz Molina lo borda.
Es real y me indigna cómo los abogados asesoran a estos asesinos a librarse de una condena y como la justicia no encrudece las penas para estos casos.
De nuevo el autor me decepciona con ese final.
En cuanto a datos enriquecedores sobre la lectura de esta novela apreciado por Mariuca en la reunión, es el tema de los nombres de los personajes o su ausencia, muy acertados. ¡Me encantan estas reuniones!.
Libro largo y denso, pero que me ha atrapado hasta el final. He disfrutado verdaderamente con las descripciones de Muñoz Molina, creo que estan hechas de muy buena literatura, perspicaces y sorprendentemente reales, describen situaciones y sentimientos de manera excepcional.La trama del libro es secundaria, primando más el desarrollo vital de los personajes principales, aunque esta trama sirva como hilo conductor de la novela.
Novela, con un argumento ambientado en una localidad donde se palpa el desinterés y el frío. Es un policía recién llegado del país vasco, solitario, mala relación con su mujer, conoce a una separada hastiada de la vida... en el transcurso de una investigación por la muerte de una niña a manos de un joven psicópata (muy bien descrito los asesinatos y en particular el segundo). El libro es muy repetitivo y denso, aunque la novela trata temas de actualidad como abusos sexuales y sobre todo la insolidaridad tan latente por parte de las personas existentes en nuestras ciudades.
Uno de los rasgos que más destacaría de la narrativa de Muñoz Molina es su notable capacidad para atrapar al lector en sus perfectas descripciones, y no hablo de paisajes ni lugares, sino de descripciones de sentimientos: sufrimientos, humillación, dolor… En esta novela lo consigue de largo.
El autor hace un tratamiento duro y despojado de toda suavidad del asesinato de una niña. Se recrea de forma más que morbosa con los actos del psicópata asesino y nos presenta un desgarrador retrato del alma humana; fobias, miedos, frustraciones, neurosis y demás mugre moral nos quedan perfectamente definidas antes de llegar a la mitad del libro.
Hasta aquí todo perfecto.
Pero es precisamente aquí donde empezó mi problema con la novela; una vez presentados, los personajes no hacen sino repetirse y volverse a contar obstinadamente ellos mismos una otra vez. Los capítulos se alargan con machacona insistencia sobre todas las neuras de todos los personajes, por lo que el desarrollo del argumento también se alarga de manera innecesaria, lo que finalmente provocó en mí una casi absoluta falta de interés por saber el desenlace de la novela.
Una lectura difícil.
Realmente se trata de una lectura difícil, no solo por el estilo de Muñoz Molina, sino y sobre todo, por lo que narra. En mi caso es la segunda vez que lo leo pero no por eso me ha dejado menos impactada. Me parece un retrato magnífico de los personajes, tanto del comisario marcado por su pasado vinculado al terrorismo, la maestra con un pasado de desamor y abandono, las niñas a las que se ha hecho un daño imposible de imaginar y especialmente del asesino un ser cruel tanto con los que le rodean (sus padres) pero especialmente con sus víctimas.
El autor sabe crear el ambiente denso en el que se desarrolla la acción, a veces puede ser lenta y repetitiva, pero ¿no es así como se debe vivir una situación tan trágica como esta? Creo que el comisario busca su resurgimiento y para ello se obsesiona con los ojos de un asesino y solo vive por y para encontrarlo.
Por supuesto considero que es una novela muy recomendable, porque además nos adentra en temas muy actuales y que posiblemente sean los que más nos aterran.
Mi valoración para esta novela sería de 8´5
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