PROPUESTAS DE LECTORES (Lula)
La acción principal de la novela transcurre entre octubre de 1935 y octubre de 1936. En un año, la vida de Ignacio Abel cambia radicalmente. De ser el arquitecto que dirige las obras de la Ciudad Universitaria de Madrid, pasa a ser un refugiado más, un sospechoso, un paria que huye de su país en llamas, la desgraciada República española.
En octubre de 1935 Ignacio Abel conoce a Judith. Se enamoran en un “coup de coeur”, un amor loco, irreal y desaforado. Ignacio está casado, tiene dos hijos y una vida muy cómoda. Judith es americana, quiere ser escritora, ha conquistado su libertad, lleva meses de viaje por Europa.
Explicado así se puede pensar que es una novela de amor adúltero y culpable. Es eso y mucho más. Es la historia de Ignacio desde niño, de Judith y sus padres. De Adela, la esposa desdeñada. Y es la historia de Madrid durante ese año terrible. Son ráfagas de pensamientos muy profundos sobre casi todo: el amor y el desamor, el miedo y la valentía, la mezquindad y la generosidad, mezclados con la acción que nos cuenta que tampoco se queda atrás, es un año crucial para el destino de España. En el libro desfilan personajes históricos, desmitificados, probablemente tal como parece ser que eran.
Hay una valiosa descripción del día 19 de julio de 1936, domingo para más señas.
Me adhiero a una reflexión que hace Ignacio Abel: Los buenos, los idealistas, los valientes van al frente en zapatillas de esparto, con fusiles de la guerra del 14, los matan en cuestión de minutos. Los ruines, rencorosos, cobardes se quedan en la retaguardia con uniformes recién planchados y botas relucientes, desfilan y se jactan, van a las casas de citas y no pagan, son los que organizan los “paseos” y queman iglesias.
Mueren inocentes en los dos bandos, aunque uno de los bandos era el Gobierno legal que se defendía y el otro una máquina bien engrasada de muerte y destrucción.
Nosotros sabemos como siguió la historia, en que terminó y en que continuó durante cuarenta años. La máquina estuvo funcionando durante mucho tiempo.
¡Qué pena de República!
Este libro es Muñoz Molina destilado, concentrado y elevado a la enésima potencia.
Una prosa admirable y un conocimiento profundo de los seres humanos. Muchas reflexiones de un escritor maduro. Un libro para tener y visitar de vez en cuando.
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