LAS SAGAS EN LA NOVELA FANTÁSTICA (Mariuca)
La novela fantástica de calidad, tiene una característica que solo he encontrado en algunas novelas históricas.
Una historia dentro de la historia.
En la novela fantástica, que una primera entrega se convierta en una saga no es nada extraño por una simple razón: es todo un mundo por inventar y descubrir.
Cuando un autor empieza una novela fantástica tiene que imaginar todo desde cero: los paisajes, los animales, sus habitantes, tanto "humanos" como de otras razas.
Tiene que pensar en nombres distintos, distintas costumbres y formas de vida.
Todo este trabajo y muchos otros detalles que podrían llevarnos una eternidad hace que con mucha facilidad una primera novela del género fantástico se convierta en una epopeya.
Pensemos por ejemplo en Tolkien, que llegó al punto de desarrollar un libro que es de todos conocidos pero no por tantos leídos: El Silmarillion. Un libro que es en sí un Tratado de Historia del antes y del después de otras de sus obras más conocidas como El Hobbit o El Señor de los Anillos. Este escritor conocido por lo perfeccionista que era estaba tan sumergido en su historia de fantasía que fue incluso capaz de crear todo un libro Histórico, además de un idioma, el hablado por los elfos.
Otro profesor de Oxford, C. S. Lewis, compañero de Tolkien, fue el creador de Las Crónicas de Narnia en la que era posible pasar a un mundo alternativo en el que había animales hablantes y los niños se convertían en reyes y reinas y en guerreros y guerreras. En este caso el autor llegó a escribir siete libros de esta conocida saga fantástica.
Una de mis favoritas y a la que terminé perdiéndole la pista: Las crónicas de la Dragonlance y las Leyendas de la Dragonlace.
Otro ejemplo más reciente lo tenemos en la saga Juego de Tronos, que va ya por el número siete y del que se esperan aún otras dos entregas. Nadie podrá decir que el autor no se haya esforzado en crear un mundo en el que no faltan los detalles de todo tipo. Un verdadero trabajo creativo.
Todos estos mundos tienen un punto en común: Mapas. No puedes construir un mundo si no eres capaz de ubicarlo físicamente de algún modo. Necesitas espacios en los que puedas imaginar tus historias y todos estos escritores han dibujado detalladamente cada una de las ciudades, los reinos, los bosques y las montañas de su Saga Fantástica.
Entre las vivencias que tendrán los protagonistas de estas historias encontramos también puntos en común, como por ejemplo las situaciones dramáticas. No hay saga fantástica en la que las pérdidas, las guerras, las muertes no sean el centro de estas historias.
Dentro del mundo fantástico sus autores no sueñan con nubes rosas sino con todo lo que conlleva la lucha diaria por la supervivencia, y en un plano mucho más idealista la victoria del bien contra el mal.
El camino: todos los protagonistas tienen un recorrido normalmente difícil y largo en el que encontrarán aliados, enemigos, pruebas que superar y al final de todo la consecución de sus objetivos y quizás el descanso.
Las sagas fantásticas nos ofrecen ese mundo en que todos podemos ser héroes, valientes, arriesgados, inteligentes.... Ese tipo de personas que nos gustaría ser, en esas situaciones que nos gusta vivir en nuestros sueños, pero que no querríamos probar en nuestra realidad.
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