1º CICLO DE ÉPOCA DEL CLUB DE LA MANZANA

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jueves, 29 de noviembre de 2012

EL ASESINO HIPOCONDRÍACO de JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL

El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida. ..En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espasmo Profesional…Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios, que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento…Una inteligente y divertidísima novela que aúna intriga, obsesión, asesinato y amor incondicional por la literatura.

7 comentarios:

Inés dijo...

Madre mía, qué original!

No la conocía pero me la apunto desde ya.

Por cierto, he votado Mil soles espléndidos en tu encuesta para próxima lectura. Me encantó, es muy duro pero tiene una ventanita que te hace ver la luz. Lo disfruté un montón.

Un besazo

Tatty dijo...

Yo lo tengo en la estantería, tenía muchas ganas de leerlo pero luego vi algunas críticas negativas y me desanimé un poco, me alegro de que te haya gustado
besos

Elvira dijo...

El libro es muy divertido, y en alguna ocasión el señor Y me ha recordado al torpe protagonista de la novela de Mendoza: "El laberinto de las aceitunas". Al principio tanta enfermedad no me gustó y hubo un momento en que pensé abandonar, pero después te engancha con la risa que te provoca y las anécdotas perfectamente intercaladas que introduce.
Finalmente, es un libro merecedor de una tarde de frío compartida con un chocolate bien calentito.

mª carmen dijo...

La novela empieza bien, pero según vas leyendo se hace pesada con todas las enfermedades aprensiva que tiene el señor Y, resulta un poco cargante. Aunque hay que reconocer que cuando explica que es bizco se pone una a pensar en un asesino con semejante defecto físico, y te da la risa, como también sonríes, cuando intenta asesinar con la pistola de látex. Pero si seguimos desmenuzando el libro, creo que las menciones de todos los escritores contándonos su huerfanidad y algunos que otros retales de sus biografías (enfermedades y muertes) es más delo mismo. Es aburrido, al final de la novela el señor Mario Yur kievich no se ha muerto, inconcebible. A favor del escritor diré, que estoy bien servida de hipocondríacos.

Unknown dijo...

Es una novela divertida y sin pretensiones, en la que se puede aprender mucho de la enfermedad de la mente humana y de una cantidad ingente de enfermedades extrañisimas de las que normalmente sabemos poco.
El personaje principal es penoso y cuando termina la historia termina una preguntándose ¿Pero, este en su vida ha conseguido de verdad asesinar a alguien como para considerarse un asesino profesional? Yo lo dudo muchísimo.
Me encantó la parte en que narra que tenía afasia, lo que le hacía pensar en decir una cosa y decir algo totalmente disparatado y sin ningún significado. Me hizo reir de verdad.

yeyi dijo...

¡Què bien lo pasé mientras leía esta novela de Rengel,! Coincido con Elvira en que me recuerda mucho al humor absurdo de Eduardo Mendoza y su detective de "El laberinto de las aceitunas" o "el misterio de la cripta encantada".
Dudo mucho de la capacidad de este asesino para cometer homicidios, e incluso de sus enfermedades, pero tan solo espero, como parece, que haya una segunda parte, porque novelas tan divertidas como esta se hacen esperar.

margarita dijo...

Un hipocondríaco con conocimientos médicos y jurídicos en su lucha por cumplir su trabajo con sus síntomas, intentando salir impune en el caso que lo pillaran con una coartada coherente.
Lo disparatado que llega a ser con su moralidad, lo tenia a huevo en la bañera, nos hace reír a carcajadas en más de una ocasión con sus Síndromes del Acento Extranjero y del Espasmo Profesional

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