1º CICLO DE ÉPOCA DEL CLUB DE LA MANZANA

LA GRAN DEPRESIÓN AMERICANA

LECTURAS

17 de enero: De ratones y hombres de John Steinbeck
El Villorio de William Faulkner
¿Acaso no matan a los caballos? de Horace Mc Coy


Club Social de Aljarasol en Mairena del Aljarafe, Avda. de la Constitución a las 19:00.

sábado, 30 de julio de 2011

ENTREGA DE PREMIO AL GANADOR DEL "I CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL CLUB DE LA MANZANA"

El pasado jueves 28 de julio y junto con la reunión mensual del club para comentar el libro elegido para éste mes, "Los ojos de dragón" de Stephen King, hicimos entrega del premio al ganador del I Concurso de Microrrelatos del Club de la Manzana.
Manolo que así se llama nuestro ganador tuvo que sufrir la experiencia (de hacerse la foto correspondiente) con nuestra flamante vicepresidenta (que tampoco estaba encantada con la toma de la foto), para recibir su premio: "Criadas y señoras" de Katherine Stockett, el libro votado por el club como el mejor de los leidos el pasado año.
Os adjunto para quien todavía no lo haya leido el microrrelato ganador y el deseo de que este sea sólo el primero de muchos otros concursos que organicemos.
Y por supuesto la foto de nuestro protagonista, que esperamos ver muchas veces en el futuro.

La Expedición

La compuerta hidráulica se abrió sacando al Magíster y al resto de Conservatores del estupor de la espera. Habían pasado horas chequeando sus archivos. Billones de referencias recopiladas en un titánico esfuerzo por almacenar el conocimiento de cada rincón de lo que fue la Confederación Gliese. Cada planeta, satélite y estación orbital abandonada había sido documentada. Los miembros de la expedición penetraron en la sala portando, en una bandeja estabilizadora, el objeto recogido. Una vez depositada en la mesa, el Magíster autorizó los protocolos de sincronización sináptica y el análisis dio comienzo. La apertura del recipiente inundó la sala de un penetrante y extraño olor. Las moléculas volátiles liberadas por el objeto fueron recogidas y analizadas por los odotraductores. Rancio, reseca humedad añeja, dulce empalague de siglos absorbiendo aromas de maderas nobles. El objeto estaba formado por cientos de finas láminas de material orgánico aglutinado que al pasarse rápidamente crujían con suavidad, como el murmullo de la electricidad estática. Cada plancha mostraba un sinfín de primitivos caracteres. Cuando las unidades traductoras comenzaron a transmitir en forma de impulsos mentales, éstos abandonaron la forma abstracta habitual para engalanarse con una estructura fonética musicalmente ordenada. Las grafías trascendieron la materialidad del objeto para convertirse en sonidos evocadores capaces de despertar sensaciones e impulsos desconocidos por los Conservatores. Era impensable que aquella arrolladora conjunción de estímulos, para los sentidos y para el intelecto, pudiese provenir de un instrumento tan tecnológicamente primitivo, sin ninguna conexión con el sistema nervioso del individuo.

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