La historia comienza el día en que un magnate inglés decide dar rienda suelta a su retorcida maldad para dirigirla nada menos que contra sus propios parientes y socios de la multinacional que él preside.
Para ello utilizará los servicios de quien en teoría es su principal enemigo, un profesorzuelo universitario de ideología izquierdista y notable ingenuidad para las cosas de la vida, a quien encarga la redacción de una historia de su familia.
Pero si el arranque ya es disparatado, el desarrollo será la locura. La silla de ruedas automática con la que se desplaza el viejo Lord Petrefact adquirirá vida propia; el catedrático se sentirá estimulado eróticamente por una subnormal que adorna su cocina con fotos de hombres musculosos; alguien cometerá un crimen involuntario y todos los indicios señalarán a un inocente.
Y esto no es más que un breve resumen de la serie de dislates que se suceden en esta historia de venganzas maquiavélicas y pasiones reprimidas, de confusiones y tropiezos, caídas y desastres, en la que Tom Sharpe demuestra encontrarse en plena forma, tan capaz como siempre de tejer la trama más descabellada y conducirla hasta el más rocambolesco final.
3 comentarios:
Hace tiempo leí algo de Tom Sharpe pero no nos entendimos muy bien. Sé que tengo que darle otra oportunidad, asi que me anoto este como posible punto de encuentro con Sharpe ;)
Saludos!
Una historia rocambolesca que critica y se mofa de la clase, el dinero, el aspecto físico y las ideas preconcebidas. Para mi gusto una historia que al mismo tiempo que desprecia para defender se regodea ante la deformidad y la limitación hasta sumergirse con ganas en el mal gusto.
Lo mejor del libro el mensaje directo que nos recuerda que muchas veces es difícil escapar al destino que nos tiene deparada la sociedad. La persona más culpable podrá escapar si tiene "los contactos" necesarios y el inocente pagará por lo que otros hagan.
Una vez más una crítica al uso y abuso del poder sin miedo y sin censura.
Sharpe coge su hacha y no deja títere con cabeza. Como en "Lo peor de cada casa" arremete contra la sociedad inglesa. La clase empresarial, los obreros, los profesores de una universidad ultraliberal, la policía y los jueces.
Un humor corrosivo, una mala baba muy inteligente y un gran oficio de escritor, todos unidos dan como resultado un libro muy bueno.
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