1º CICLO DE ÉPOCA DEL CLUB DE LA MANZANA

LA GRAN DEPRESIÓN AMERICANA

LECTURAS

17 de enero: De ratones y hombres de John Steinbeck
El Villorio de William Faulkner
¿Acaso no matan a los caballos? de Horace Mc Coy


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lunes, 7 de noviembre de 2011

UN REY SIN DIVERSIÓN de Jean Giono

PROPUESTAS DE LECTORES (Sales)

En el invierno de 1843 la nieve cubre y aísla por completo un pequeño pueblo de la Provenza francesa. Son tan pocos los habitantes de este pueblo que todos se conocen, incluso hay lazos de sangre entre la mayoría de ellos. Por eso cuando la joven Marie desaparece misteriosamente sin dejar rastro y un muchacho de la aldea es victima de un frustrado intento de secuestro, cunde el pánico entre ellos.
Un experimentado cazador furtivo de nombre Bergues es el encargado de formar una partida de búsqueda y vigilancia para intentar esclarecer el misterio. Pero todos sus esfuerzos son en vano, no hay ni rastro de la desaparecida.
Cuando al invierno siguiente es el propio Bergues el que desaparece, el pueblo entero se sume en un absoluto terror. Es hora de informar a las autoridades.
Llegan entonces al pueblo una pequeña compañía de seis gendarmes a caballo capitaneados por un hombre llamado Langlois, un individuo cuya personalidad fascina a todos los vecinos y que resuelve el enigma de forma sorprendente y drástica.
Dicho esto podría pensarse a simple vista que estamos ante una historia detectivesca y que el eje central es el descubrimiento del asesino. Pero si decimos que aproximadamente en la página setenta ya se descubre al autor de las desapariciones, entonces ¿de qué va este libro?
No es fácil de explicar esta cuestión. Esta es una novela un tanto peculiar, contada en tres planos temporales por tres narradores distintos. Con personajes y situaciones complejas, donde la acción inmediata y el hilo conductor no es lo más importante pues a veces parece que no pasa nada, pero sí que pasa, y mucho, aunque no nos demos cuenta de ello hasta la última página. Es una lectura que requiere concentración y calma, en la que a menudo hay que volver atrás para que no se nos escape ningún matiz esencial para la historia, yo misma no supe lo que estaba sucediendo hasta que leí la última palabra del libro a até todos los cabos.
En contrapartida a esto hay que decir que es un libro magistralmente escrito, se disfruta tanto de lo que se cuenta como de lo que no se cuenta y de la manera en que se cuenta; lleno de brillantes y excéntricos personajes, de poesía descriptiva y reflexiones metafísicas sobre la condición del hombre y la violencia presente en el ser humano.
Sé que esto que os cuento resulta bastante ambiguo pero es necesario no dar demasiados detalles para no fastidiar el final de la historia a quien se decida a leerla, os garantizo que vale la pena.
Sólo voy a añadir que la clave de la historia está en la frase que da título al libro, tomada de “Los Pensamientos” de Pascal: “Un rey sin diversión es un hombre lleno de miserias” porque la maldad a veces no nace de la propia maldad, sino del aburrimiento. O como decimos por aquí: cuando el diablo no sabe qué hacer, con el rabo mata moscas.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Este es uno de esos libros que terminas releyendo porque te ha gustado, pero estas segura de haberte perdido algo por el camino.
Es un libro directo en el que la violencia se acepta como parte inherente a aquellos que representan la autoridad.
La duplicidad del ser humano se nos muestra en Langloise de principio a fin, pero no por eso es un personaje antipático.
Es una persona a la que se aprecia y a la que se teme, pero no es clara, es dificil saber que piensa y que va a hacer y desde luego no da explicaciones. Te puedes esperar de élla mayor de las bondades al lado de la mayor frialdad ante el sufrimiento de los demás.
En general es un libro triste que habla de decepción y de vidas pérdidas. Pero sin duda es un gran libro.
Me fastidió un poco el final que no terminaran de explicarme algunos puntos que quería saber: porque el hombre del árbol mataba a los habitantes del pueblo, porqué Langloise lo mató a sangre fría después de todo el lío que montó a su alrededor y otros cuantos detalles que me hubiera gustado conocer.

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