1º CICLO DE ÉPOCA DEL CLUB DE LA MANZANA

LA GRAN DEPRESIÓN AMERICANA

LECTURAS

17 de enero: De ratones y hombres de John Steinbeck
El Villorio de William Faulkner
¿Acaso no matan a los caballos? de Horace Mc Coy


Club Social de Aljarasol en Mairena del Aljarafe, Avda. de la Constitución a las 19:00.

miércoles, 30 de mayo de 2012

LOS PASOS PERDIDOS de ALEJO CARPENTIER

Nos hallamos ante una gran aventura, la aventura del viaje a lo desconocido, en las profundidades de una selva como la amazónica hasta un poblado primitivo. Para alcanzarlo se necesitaron sólo unas pocas semanas. No obstante, parece que han transcurrido cientos, miles de años porque, al viajar, se ha desandado en el tiempo, hasta el punto que, al final del periplo, nos encontramos con el ser humano en su estado primigenio, cuando comenzaba sólo a nombrar las cosas. Quien realiza este viaje es un hombre amargado, enajenado, procedente de la civilización más adelantada tecnológicamente y, al mismo tiempo, más implacable y destructora espiritualmente. Nuestro protagonista tendrá que decidir si quiere permanecer en un mundo primitivo, carente de bienes materiales pero donde ha encontrado la felicidad, o retornar a la civilización donde es infeliz aunque posea «todo». Difícil dilema que puede ser el de cualquiera de nosotros.

7 comentarios:

Elvira dijo...

El viaje, en la literatura, implica una serie de circunstancias que afectan al protagonista. En la mayoría de los casos, esas circunstancias acaban cambiándolo o mostrándole su yo real, ese que se esconde bajo una cultura, unas condiciones sociales o económicas, etc.
En este caso descubrimos un personaje perdido en su mundo real al que cree que no pertenece, pero en el transcurso de su aventura descubrimos que ese personaje no va a sufrir ningún cambio porque es una marioneta cuyos hilos sólo se mueven pero no transmiten movimiento.
Personalmente me ha gustado mucho, pero creo que es bastante lenta en cuanto a ritmo narrativo. Alejo siempre fue un observador del detalle y eso, a veces, cansa.

Trinidad dijo...

La lectura de “Los pasos perdidos” ha supuesto para mí una dicotomía entre trama y narrativa.
En cuanto a la narrativa el autor hace gala de un uso exquisito del lenguaje, retórico sí, pero de una calidad indudable desde mi punto de vista. Cualquier fragmento de la novela escogido al azar es enriquecedor en lo que a prosa se refiere.
En relación a la trama no puedo hacer elogios a Carpentier. Digamos que nos pretende transmitir la idea de lo necesario que resulta viajar a nuestro interior para poder tomar conciencia de lo superfluo que hay en nuestro entorno, y así encontrar una salida a las crisis existenciales de las que el ser humano es víctima desde que nace. Hasta ahí bien, pero qué ocurre cuando el autor para ello utiliza un personaje carente de cualquier inquietud, que comienza un viaje de investigación empujado por una amante snob y con el propósito de falsificar los objetos de arte cuya búsqueda ha sido encargada oficialmente.
A mí personalmente me ha ocurrido que me ha resultado un personaje mediocre que no ha evolucionado en toda la historia. Esto ha hecho que la trama no despierte la emoción necesaria por la carencia del esperado progreso del protagonista, progreso además que se suponía que era el objeto del viaje introspectivo propuesto por el autor.

Inés dijo...

Leyendóos no sé si os ha gustado mucho o qué... yo lo tengo pendiente, aunque en verano apetecen otro tipo de lecturas más ligeritas.

Gracias por la reseña

Unknown dijo...

Es una novela que no me ha gustado nada. Entiendo perfectamente que el mensaje parece ser la necesidad que tenemos las personas a veces de cambiar de vida, de partir de cero por distintas razones, pero en este caso es un mensaje que no se cumple. El protagonísta y los que le rodean son seres insufríbles a excepción de un par que realmente no saben lo que quieren, se venden a si mismos que necesitan cambios y que están dispuestos a realizarlos, pero en el fondo les falta la sociedad en la que viven e intentan montarla allí donde van. A través de sus ojos no vemos un sitio realmente salvaje, ni un paraíso, no es un lugar lleno de dificultades, ni tampoco de posibilidades es como si miraran sin poner mucha atención y no saben transmitir más que suerficialidad en sus acciones y opiniones.
La narración además se hace bastante pesada, llena de frases inútiles que no llevan a ningún sitio.

mª carmen dijo...

En esta lectura, se ve como nuestro personaje realiza un viaje fantástico hacía sus orígenes, haciéndonos ver la separación cultural que existe entre dos mundos y el contraste entre la vida de la selva y las grandes ciudades. Pero no por ello logra sus sueños y sus ambiciones tanto profesionales como personales.
La novela no es nada del otro mundo, es un suma y sigue de las anteriormente leídas.

Maria Luz dijo...

Novela escrita en 1953 en pleno movimiento existencialista, trata de la búsqueda del yo a través de un viaje a los orígenes. El típico urbanita hastiado de su vida, un músico que ha perdido la inspiración creativa y trabaja por encargo poniendo música a películas promocionales, que se considera un “Hombre-Avispa, Hombre-Ninguno con el alma vendida al Contable o al Cómitre” su matrimonio es rutina, su amante es rutina…, en fin, un clásico. Este hombre viaja a la selva sudamericana encargado de buscar instrumentos nativos y se reencuentra con sus orígenes pues es oriundo de un país hispanoamericano. Reviven en él la lengua y las costumbres de su padre, encuentra personajes primigenios, una nueva amante “Mujer-Mujer” y un paisaje edénico en el que vive experiencias maravillosas.
Contado en primera persona y con todo lujo de detalles, con vueltas y revueltas del pensamiento interior de este hombre, el relato extenso y prolijo de sus aventuras y desventuras, consigue empachar y aborrecer a este tipo que no sabe lo que quiere, porque en definitiva es un necio que desperdiciaba su vida en la ciudad y desperdicia su vida en la tan alabada naturaleza. Te dan ganas de decirle ¡querido deja de comerte el coco y trabaja por conseguir la vida que quieres!
El libro es difícil de leer por el estilo en que está escrito, larguísimos párrafos, mucha vida interior, pero un gran dominio del lenguaje como acostumbran los escritores sudamericanos que son la reserva idiomática hispana, un derroche de palabras, gran despliegue de conceptos, merece la pena leerlo por esto.

LL dijo...

A mí el personaje me parece una denuncia, lo extrañísimo sería que a alguien le agradara. En un sentido parecido, el Horacio de Rayuela tampoco es muy simpático, sus bajezas burguesas intelectuales son parecidas. Pero Cortázar dibuja en Horacio una mezcla tan difusa entre autoconmiseración y pretensión de libertad, que de sumas a restas la lectura más común lo justifica. Y por eso Rayuela no deja de ser literatura de evasión, independientemente de las intenciones de Cortázar.

Yo no soy muy amigo del estilo de Carpentier (es denso como la hostia), pero me cuesta entender por qué tanta gente que ha leído este libro espera una especie de mensaje hollywoodense y se queja de no encontrarlo. El que conoce los laberintos mezquinamente turbios de las academias del arte (y aún de las "militancias progresistas", tan amantes del café crema) encuentra muchísimo para pensar. Y, de alguna manera, el estilo pesado de Carpentier le sienta bien al personaje: es una buena representación de lo insoportable que es, incluso cuando cree que se está reformulando -y fracasa.

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